Las brujas no existen.
¿Seguro?En realidad, no tanto. Sospechamos, como la escritora argentina Graciela Cabal, que andan por ahí, haciendo travesuras, desafiando a los incrédulos.
"Muchos cuentos de brujas tenía en mi casa: me los había regalado un tío loco que, a Dios gracias, nunca me faltó en la vida.
"Era cuestión de que yo me pusiera a leer, y ahí empezaban a aparecérseme ELLAS: primero como quien no quiere la cosa, deslizándose a través de las rendijas, dejándose caer desde las telarañas del techo, asomando tímidamente sus cabecitas por los tarros destapados o los agujeros de la rejilla.
"Pero después... ¡Después no quedaba grieta ni rincón ni recoveco de los que no salieran, a montones y del bracete, invadiéndolo todo con sus cuchicheos y sus risitas chillonas, hundiendo las naricen puntudas en la olla del puchero, curioseando aquí, toqueteando allá, y hasta convirtiendo la sal en azúcar y el vino en vinagre, si estaban de humor!" (¿Bruja yo? Usted me ofende, en Cuentos con brujas, Buenos Aires, Alfaguara, 1999.)
El escritor galés Roald Dahl, en cambio, nos brinda otro punto de vista:
"En los cuentos de hadas, las brujas llevan siempre unos sombreros negros ridículos y capas negras y van montadas en el palo de una escoba.
"Pero éste no es un cuento de hadas. Este trata de BRUJAS DE VERDAD.
"Lo más importante que debes aprender sobre las BRUJAS DE VERDAD es lo siguiente. Escucha con mucho cuidado. No olvides nunca lo que viene a continuación.
"Las BRUJAS DE VERDAD visten ropa normal y tienen un aspecto muy parecido al de las mujeres normales. Viven en casas normales y hacen TRABAJOS NORMALES.
"Por eso son tán difíciles de atrapar."
Buscando entre los libros encontramos muchas brujas: buenas, malas, feas, hermosas, simpáticas, odiosas, ridículas, brillantes. Y seguro que hay más. Esperamos que nuestros lectores las encuentren y nos cuenten por dónde buscarlas.
Fuente: IMAGINARIA
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